Adrere Amellal significa "la Montaña Blanca" en la lengua del oasis de Siwa, el siwi. El lugar toma este nombre de la inmensa montaña blanca que se encuentra en la orilla occidental del lago de Siwa (Birket Siwa en árabe). La montaña resulta ser una amplia meseta de roca a la que se puede ascender a través de un camino que -resiguiendo una estrecha faja natural- consigue subir a través de uno de sus escarpados muros. La cumbre es una extensa explanada desde la cual se pueden divisar los palmerales del oasis, el Lago Siwa y, también, las amenazadoras dunas del Gran Mar de Arena (espléndida vista, os lo aseguro). Al pie de la montaña se encuentra el Ecolodge Adrere Amellal que, según dicen, es uno de los mejores alojamientos de África. La primera vez que fui –lo reconozco– lo hice por la morbosa curiosidad de saber como era un lugar tan lujoso y, naturalmente, tan caro. Pronto me sorprendí porque la arquitectura de sus edificios resultó ser extremadamente sencilla y carente de todo lujo tecnológico innecesario más allá de una simple ducha de agua caliente. El“superlujo” que me había imaginado resultó ser, en realidad, una curiosa mezcla de sostenibilidad medioambiental y de respeto por las costumbres y la arquitectura tradicionales. Desde entonces he vuelto varias veces y cada vez que he estado allí me ha parecido más y más bello y me ha descubierto más encantos. Ciertamente, el Adrere Amellal me parece un magnífico lugar donde poder vivir el desierto con plenitud pero sin renunciar a ninguna comodidad y sin alterar en exceso el silencio, la luz y todo aquello que uno busca en aquellos remotos paisajes.